- ¡¿Alguien?! ¡Alguien me escucha!
El hombre abrigado con pieles que solo dejan desprotegido a su enrojecido rostro batalla contra la tormenta blanca, sus pies se hunden con cada pisada y en cualquier momento la tierra alba lo devora. Su respiración parece congelarse al contacto con el exterior.
Al parecer es cierto, no hay nadie en esta tormenta, el hombre de las pieles mira en todas direcciones, ya está perdido, no sabe cual fue el camino que tomó, la nieve cae tan deprisa que sus huellas se borran en un instante, si no logra encontrar refugio morirá, eso es seguro.
Todos morirán algún día, no es ninguna novedad, pero pocos imaginan su muerte, pocos la planean y pocos llevan a cabo ese plan. Una opción es el suicidio, pero la otra es elegir como morir, cosas completamente distintas.
En este caso el hombre había elegido morir así, más bien estaba preparado o eso pensaba. En todas sus excursiones sabía que algo así podría suceder.
- Si muero haciendo lo que me apasiona estaré mas que satisfecho – decía él con un ego que yace ahora desmoronado
No estaba satisfecho, sentía temor, ansiedad, tristeza, ira, un montón de emociones se revolvían en su licuadora mental. No estaba preparado para la muerte, pensó que él podría enfrentarla con una copa de vino en la mano e invitándola a un brindis, pero estaba equivocado. Ahora solo deseaba poder compartir un café caliente con su madre y hermanito en la sala de estar de la primera casa en la que vivieron, esa donde él rompió la mesa de vidrio por andar saltando de mueble en mueble.
“Debí pasar más tiempo con ellos” piensa el agobiado hombre cuyos pies apenas pueden sostenerlo. ¿Acaso a esto se refieren a que en los momentos más duros es donde uno recuerda lo que realmente importa? Es posible, el rostro de su familia era un elemento que no podía sacar de su cabeza, anhelaba ese abrazo de madre mientras él lloraba por una herida en la rodilla. Su hermano con el cual peleó tantas veces, con el que jugó tantos juegos, con el que corrió y compitió, con el cual compartían cama cada vez que veían una película de terror y luego su madre los descubría en la madrugada y los regañaba.
Sus amigos también se pasean en sus recuerdos, les gustaría poder haberlos vistos alguna otra vez, quizás no debió haber rechazado esa invitación a festejar porque solo quería dormir y estar el día con calzoncillos. Muchos de esos los vio por ultima vez sin saber que sería la última, bueno, eso pasa con todos, ahora es el momento en que no verá a nadie más. Pero muchos de esas amistades se perdieron en los rincones del tiempo, con los cuales nunca retomó contacto, algunas terminaron con una discusión o un malentendido. Sus compañeros de universidad con los cuales podía salir a hacer lo que tanto le gusta, sus compañeros de colegio con los cuales podían jugar con toda sinceridad. Sería bueno que uno de sus compañeros de aventura estuviera aquí, pero de esa forma los dos morirían, puede que estar solo sea lo mejor.
Obviamente los amoríos no podían quedarse escondidas en sus cuartos de la gran casa del recuerdo, salieron a verlo desde su primer amor, aquella con la nunca pudo ni siquiera intercambiar una palabra, hasta con la cual entregó muchas de sus primeras veces, aquella que lo abrazaba y le daba un beso en la frente cada vez que volvía de sus excursiones, con la cual luego tenían el mejor sexo de la vida. Fue un final amargo, debió ser mas sincero con ella, las cosas podrían no haber terminado… hasta ahora.
“Realmente voy a morir” pensó el hombre cuyo cuerpo reposaba en la fría nieve, no podía mover ninguna parte de su cuerpo, de hace un buen tiempo dejó de sentir frío, de hecho, ni siquiera sentía.
Sus aventuras se proyectaban en su cabeza, lo pasó bien realmente, tuvo la dicha de poder hacer lo que le gusta, es un privilegio que no todos tienen, y él está a agradecido de aquello, aunque su pasión le arrebate la vida, esta le entregó mucho más.
¿Qué es eso de ser un miembro que aporte a la sociedad?, la verdadera dicha está en arriesgarse, en hacer aquello que te llama desde lejos y a la vez desde cerca, quizás es solo un egoísta, hacer algo por los demás es realmente admirable, soportar todas esas trabas, toda esa burocracia, todo ese peso, es algo que el hombre no era capaz de hacer, no servía para eso, se sintió mal por algún tiempo, quizás estaba mal enfocado en la vida, pero de que sirve un miembro más que aporte a una maquina tan grande como lo es la sociedad humana, algunos simplemente no están hechos para eso.
El hombre pensó si tenía algún arrepentimiento… pues aquél sería que no vería a nadie más nuevamente, no sabría si su ex lograría cumplir su sueño, no sabría si sus amigos por fin consiguen el trabajo que tanto anhelaban, no sabría como termina su serie favorita, no volvería a ver a su hermano, no se despedirá de su madre. Lo normal es que un hijo entierre a su madre, esto no debería pasarle a los padres, ellos no deberían ver morir a uno de sus hijos.
Si muere acá, tardarán en encontrarlo, existe la posibilidad de que nunca lo encuentren, si es así su familia nunca tendrá su cuerpo, siempre quedarán con la idea de “desaparecido”, sería bueno que alguien los llamara y les dijera que está muerto, que no le digan que está perdido.
“Ojalá encuentren mi cuerpo” pensó el hombre cuyos ojos no podía mantener abierto.
“No quiero morir, no todavía, quiero verlos una vez más” pensó el hombre antes de que su conciencia se apagara, antes de que dejara de respirar.